La ciutat comestible /
La ciudad comestible, Pilar Sampietro, Ignacio Somovilla, Jabier Herreros y Jorge Bayo,
La ciudad comestible, Pilar Sampietro, Ignacio Somovilla, Jabier Herreros y Jorge Bayo,
ISBN:
Catalán: 978-84-939952-2-5
Castellano: 978-84-939952-3-2
Formato: 165x240x10 mms.
176 Págs.
Catalán: 978-84-939952-2-5
Castellano: 978-84-939952-3-2
Formato: 165x240x10 mms.
176 Págs.
El subtítulo del libro lo explica todo, la naturaleza ha decidido volver a la ciudad. El libro se estructura en doce capítulos y cada uno de ellos se corresponde con un mes del año y su trabajo en huertos y jardines. En cada mes se narra una experiencia contada por sus propios protagonistas sobre la construcción de una ciudad verde. También cada mes va acompañado de consejos sobre la utilicación de las plantas y lo que podemos elaborar con ellas: ungüentos, perfumes, galletas, cremas...
“¿Cuantas veces has pensado que tu vida en la ciudad sería más digna si tuvieras cerca un espacio en el que respirar, relajarte, caminar por la hierba, recolectar o cultivar? La vida urbana está cambiando, como esa naturaleza, de la que los humanos nos deshicimos hace tiempo, ha decidido volver. Por eso nos descubrimos practicando acciones apartadas del entorno urbano: recolectar, plantar, sembrar, esquejar o sentarnos para contemplar el paso de las estaciones en un jardín entre el cemento. Explicamos como se organizan personas y grupos vecinales para mantener ese vinculo que nos lleva a ruralizar nuestro habitat. Ahora la ciudad no solo es verde, es fértil”.
“¿Cuantas veces has pensado que tu vida en la ciudad sería más digna si tuvieras cerca un espacio en el que respirar, relajarte, caminar por la hierba, recolectar o cultivar? La vida urbana está cambiando, como esa naturaleza, de la que los humanos nos deshicimos hace tiempo, ha decidido volver. Por eso nos descubrimos practicando acciones apartadas del entorno urbano: recolectar, plantar, sembrar, esquejar o sentarnos para contemplar el paso de las estaciones en un jardín entre el cemento. Explicamos como se organizan personas y grupos vecinales para mantener ese vinculo que nos lleva a ruralizar nuestro habitat. Ahora la ciudad no solo es verde, es fértil”.